Pozole Rojo Casero: Receta Real, Consejos y Secretos de Cocina
¿Listo para un buen plato de Pozole Rojo? Te cuento cómo lo hago yo
Mira, si alguna vez te has sentido con ganas de preparar algo que haga temblar la mesa de tanta felicidad, el Pozole Rojo es la clave. Yo lo aprendí casi por accidente, una vez que mi suegra llegó sin avisar justo cuando mi refri solo tenía puerco, maíz y unos chiles secos arrinconados (y sí, tuve que improvisar). Siempre digo que el pozole es como el abrazo de la abuela; a veces calienta más el alma que el estómago. Aunque bueno, la primera vez casi hago una sopa roja picante que más bien parecía castigo, pero de todo se aprende, ¿no?
¿Por qué te va a encantar este pozole?
Yo hago este Pozole Rojo cuando la familia viene de visita, o simplemente porque sí; en mi casa no hace falta excusa. Mis hijos lo devoran – hasta el más quisquilloso (ese que siempre encuentra “cosas verdes” en la comida) se sirve dos platos. Y mira, he probado versiones más “fancy” en restaurantes, pero honestamente, el secreto está en el caldito hecho con amor y no tanto en los toppings (aunque tampoco le digas eso a mi cuñado, que es fan de ponerle de TODO). Ah, y si tienes un día raro, este pozole es lo único que te va a levantar el ánimo, o al menos a mí me ha funcionado.
Ingredientes (y unos tips de reemplazos porque la vida no siempre es perfecta)
- 1.5 kg de carne de cerdo (yo uso pierna o espinazo; a veces echo un poco de lomo si ando con ganas. Si sólo tienes muslos de pollo, también quedan bien, aunque cambia el sabor. Y mi abuela insistía en añadir un hueso de jamón, pero ya sabes cómo son las abuelas…)
- 500g de maíz para pozole precocido (o elotes frescos si vives cerca del campo. Yo a veces uso el de lata en apuros, pero shhh…)
- 6 chiles guajillo secos (si no encuentras, mezcla 4 anchos con 2 pasilla; sale bien, créeme)
- 2 dientes de ajo grandotes (o 3 pequeños, no hay drama)
- 1 cebolla blanca mediana
- Sal al gusto (yo empiezo con una cucharada y luego voy probando, porque cada quien sus gustos)
- Agua (unos 4 litros, pero ve agregando si ves que le hace falta)
- Orégano seco, rábanos frescos, lechuga o repollo picado, limones, tostadas y chile en polvo para acompañar
¿Cómo se hace? Te lo platico paso a paso como se lo diría a mi primo el distraído
- Pon la carne en una olla grande (tipo las de tamal, pero si no tienes, la que sea más grande que encuentres). Cubre con el agua, agrega un poco de sal y la mitad de la cebolla. Deja que hierva… y aquí sí, quítale la espuma que va saliendo, porque si no el caldo queda turbio. No me preguntes por qué, así es la tradición.
- Mientras la carne se cuece (se tarda como una hora y media o más, depende. Aprovecha y ponte a oír música o ponte a chismear por WhatsApp), pon los chiles en agua caliente para que se suavicen, como 10 minutos. Luego los licúas con el ajo y el resto de la cebolla. Si necesitas, agrega un poco de agua para que no se atasque la licuadora; a mí siempre se me olvida y termino sacudiéndola con miedo.
- Pasa esa mezcla por un colador porque las cascaritas de los chiles no le gustan a nadie, y agrégala a la olla con la carne. Aquí es donde siempre me tiento a probar el caldito, aunque todavía le falta. Deja que hierva todo junto unos 20 minutos más, para que agarre color y sabor.
- Agrega el maíz precocido escurrido. Si usas el de lata, lávalo bien. Deja cocer unos 30-40 minutos, hasta que el maíz “reviente” (o al menos eso decía mi abuela, yo la verdad nunca he visto que explote nada, pero se nota cuando se pone más gordito).
- Rectifica la sal. Aquí suelo empezar a picar los rábanos y la lechuga y mirar de reojo si mi pareja ya se está asomando a la cocina, porque eso quiere decir que huele bien.
- Sirve el caldo con carne y maíz en platos hondos. Ponle encima lechuga, rábanos, orégano, limón, tostadas… y ahora sí, ¡a disfrutar!
Notas de mi propia cosecha
- He intentado hacerlo todo en olla exprés y sí, sale más rápido, pero el sabor no es igual, como si le faltara cariño (o paciencia, tal vez).
- Si tienes tiempo, deja el pozole reposar una hora antes de servir. Yo creo que sabe mejor así, aunque quién tiene esa paciencia…
- Alguna vez olvidé colar la salsa de chile, y uff, tuve que andar pescando pedacitos todo el rato. Mejor no me creas y pruébalo tú mismo (luego me cuentas).
Variaciones que he probado (y una que salió fatal)
- Una vez probé con pollo y quedó rico, pero siento que le faltó el punch que da el puerquito. Pero bueno, cada quien.
- En vez de lechuga, he puesto repollo morado porque era lo único que había. Se ve bonito, pero el sabor es más fuerte.
- Intenté ponerle champiñones (sí, como lo lees) para una versión vegetariana, pero la verdad… no lo volvería a hacer, sabía a sopa rara.
Equipo útil (pero no indispensable, la neta)
- Olla grande (si sólo tienes una mediana, haz media receta. Yo una vez usé dos cacerolas y fui pasando ingredientes de una a otra, como malabarista).
- Licuadora, pero si no tienes, puedes usar un mortero y paciencia. Por cierto, aquí encontré una guía de licuadoras buenísima.
- Cuchillo filoso (pero si sólo tienes uno viejito, sirve igual. Nomás ten más cuidado.)
¿Cómo lo guardo? (Aunque aquí nunca dura)
Guárdalo en el refri en un tupper grande o en la misma olla tapada; dura bien unos 3 días. Pero sinceramente, en mi casa rara vez llega al segundo día. Si es que te sobra (milagro), al día siguiente el sabor se pone más bueno, como si tuviera vida propia.
¿Con qué lo sirvo? (Y mi favorita forma de hacerlo)
En mi familia nos gusta con mucha lechuga, rábanos y orégano, pero mi hermano le pone chiles secos a montones (y luego anda sufriendo). También va bien con tostadas, aguacate, y si quieres, hasta con una cerveza fría. Ah, y no hay nada como poner la mesa con todo en platitos separados y que cada quien se sirva lo que quiera, como buffet de confianza.
Los “pro tips” que aprendí a las malas
- No trates de acelerar el tiempo de cocción del maíz. Yo lo hice una vez (microondas, qué horror) y quedó todo duro. Mala idea.
- Cola la salsa de chile. Créeme, no es opcional si quieres evitar caras raras de tus invitados.
- Prueba el caldito antes de servirlo. Cada vez sale diferente, depende del ánimo de la olla, creo yo.
Preguntas que me han hecho (y mis respuestas medio sinceras)
- ¿Puedo congelar el pozole? Sí, aunque el maíz a veces se pone un poco chicloso al descongelar, pero no pasa nada grave. Mejor fresco, la verdad.
- ¿Y si no tengo chiles guajillo? Usa anchos o pasilla. O mezcla lo que tengas. Una vez usé sólo anchos y salió menos picante pero sabroso.
- ¿Cómo hago pozole para mucha gente? Hazlo en dos ollas y junta todo al final. O pídele la olla gigante a la vecina (seguro tiene una, siempre pasa).
- ¿Se puede hacer vegetariano? Técnicamente sí, pero ya te conté cómo me fue con los champiñones. A lo mejor con setas o tofu sale mejor, pero no me animo otra vez.
- ¿Dónde compras el maíz pozolero? Yo lo compro en el mercado, pero también en La Comer lo encuentras fácil y no hay pierde.
Y bueno, ahora que lo pienso, se me antojó un plato. Si te animas a prepararlo, cuéntame cómo te fue. Que no te apantalle la lista ni el tiempo, este platillo es como los buenos amigos: lo importante es el cariño, lo demás es cuento. ¡Buen provecho y a darle!
Ingredients
- 500 g de maíz cacahuazintle precocido
- 1 kg de carne de cerdo (espaldilla o pierna)
- 2 litros de agua
- 3 chiles guajillo secos
- 2 chiles ancho secos
- 1 cebolla blanca
- 3 dientes de ajo
- 1 cucharada de orégano seco
- Sal al gusto
Instructions
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1Enjuaga el maíz cacahuazintle y colócalo en una olla grande con 2 litros de agua. Cocina a fuego medio durante 30 minutos.
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2Agrega la carne de cerdo cortada en trozos, media cebolla y dos dientes de ajo. Cocina a fuego medio-bajo durante 1 hora y media, retirando la espuma que se forme.
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3Desvena y remoja los chiles guajillo y ancho en agua caliente por 10 minutos. Licúalos con el resto de la cebolla y el ajo hasta obtener una salsa suave.
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4Cuela la salsa y agrégala a la olla con el maíz y la carne. Añade sal y orégano al gusto. Cocina 30 minutos más para que los sabores se integren.
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5Sirve caliente y acompaña con lechuga picada, rábanos, cebolla, orégano, limón y tostadas al gusto.
Approximate Information for One Serving
Nutrition Disclaimers
Number of total servings shown is approximate. Actual number of servings will depend on your preferred portion sizes.
Nutritional values shown are general guidelines and reflect information for 1 serving using the ingredients listed, not including any optional ingredients. Actual macros may vary slightly depending on specific brands and types of ingredients used.
To determine the weight of one serving, prepare the recipe as instructed. Weigh the finished recipe, then divide the weight of the finished recipe (not including the weight of the container the food is in) by the desired number of servings. Result will be the weight of one serving.
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